Harold Woetzel es el director del documental «Crecer en la Naturaleza: niños del bosque». Se estrenó en el año 2019 en SWR (televisión alemana). En este documental, el director acompañó durante un año a una escuela bosque ubicada en la comuna de Freudenstadt, en la región de Karlsruhe (Alemania). Harold Woetzel nos hizo el honor de ceder su documental a la Fundación CIFREP quien, con el apoyo de Granjaventura, realizó la implementación de los subtítulos en español. El 26 de febrero del 2021, realizamos una avant-premiere durante la Noche de la Educación en la Naturaleza.
¿Cómo surgió la idea de rodar un documental sobre la Educación en la Naturaleza y los jardines infantiles en el bosque?
Cuando experimenté por primera vez el jardín infantil en el bosque en la ciudad de Freudenstadt, fue como volver a mi propia infancia (feliz). Yo crecí en la Selva Negra, en una época en la que todavía era una cuestión de rutina que los niños estuviéramos siempre afuera, siempre en el bosque y en los campos jugando, siempre como niños, unos con otros, sin adultos. Hoy, al menos para la mayoría de los niños en nuestra sociedad, esa es la excepción. Cada vez menos se deja que los niños sean niños, cada vez hay más precaución y miedo de parte de los padres (y por supuesto de los educadores), análogo es la exagerada necesidad de seguridad que se vive en todas las sociedades occidentales.
¿Cómo fue la experiencia de acompañar a lo largo de un año a la escuela bosque?
Nuestro año con los niños fue una experiencia feliz para todo el equipo. Cada uno de nosotros (sonido, cámara, director) esperaba poder visitar a los niños una y otra vez, aunque siempre teníamos que conducir hasta la Selva Negra muy temprano, a veces a las 5 de la mañana, para que los niños estuvieran allí despertando. También se han desarrollado verdaderas amistades entre nosotros y con los niños.
¿Cuál fue el efecto de la cámara en los niños, especialmente al filmar las entrevistas?
Después de unos días de rodaje, fuimos parte de ellos, los niños ya no se daban cuenta de la cámara, nos incluían en sus juegos. Las «entrevistas» en el sentido clásico (cuestionar y reflexionar) son, por supuesto, poco posibles a esta edad, todo surgió de cada situación, es decir, de la observación tranquila y simplemente estar allí.
¿Cuáles fueron los efectos del documental en Alemania?
Hemos recibido muchos comentarios extremadamente positivos de los espectadores, pero no puedo decir mucho sobre los efectos de este documental (así como de nuestros otros documentales) en el área de transmisión del suroeste de Alemania. Curiosamente, los periódicos ya no escriben críticas de televisión.
¿Cuál podría ser el efecto del documental en Latinoamérica, según su opinión?
¿Impacto en Latinoamérica? ¡Espero que nos lo puedas contar pronto!
¿Cómo impactó esta experiencia pedagógica en su vida?
Las experiencias, los encuentros, los recuerdos durante nuestro rodaje fueron, como dije, felices para todos. Nos recordaron lo que significa ser un niño, mejor, que se le permita ser un niño parte de este entorno, de la naturaleza y los atentos compañeros (educadores) de los niños. La inocencia, la naturalidad, la profunda confianza, el amor de los niños, todo lo que nos dijo el Prof. Hüther en la entrevista hacia el final del rodaje, lo experimentamos nosotros mismos. Por lo tanto, los jóvenes colegas del equipo han decidido que sus propios hijos solo irán a una escuela bosque. ¡Lo mismo sucedió con el joven editor!
¿Qué consecuencias tiene la Educación en la Naturaleza, según su opinión, en la cultura alemana?
Hoy vivimos en la era digital, con una explosión demográfica, la gente se aglutina cada vez más, el retiro a los espacios en la naturaleza es cada vez menor, o solo turístico. Los aparatos electrónicos, los teléfonos celulares, los juegos de computador y la comunicación digital están determinando cada vez más nuestras vidas, especialmente la de los niños y los jóvenes. Estamos en un camino muy rápido hacia un nuevo dios, el de la inteligencia artificial. Cómo el hombre y la naturaleza están necesariamente conectados, este conocimiento y experiencia se está volviendo cada vez más importante como una forma de corregir o como una experiencia completamente diferente para el cuerpo y la mente. La naturaleza es insustituible. Para una sociedad en el siglo XXI, los jardines de infantiles en la naturaleza deberían ser una de las inversiones más importantes para el futuro.
Fundación CIFREP, Santiago (Chile), 5 de marzo