"Los daneses reinventan la educación al aire libre"

La educación al aire libre, introducida en la década de 1950,
está tomando fuerza por el Covid-19.


Artículo publicado en el diario francés Le Figaro el 29 de abril de 2021.

Tijeras, hilo, cinta adhesiva, algodón, hojas, bolsitas, cajas de cartón, huevos y gel hidroalcohólico… Cecilie Larsen, educadora en el colegio Oester Farimagsgade, en Copenhage (Dinamarca), desembala su material en Oestre Anlaeg, un hermoso parque con sus árboles en flor, ubicado cerca de las antiguas murallas de la capital danesa. A su alrededor, su clase de primaria escucha atentamente la primera tarea del día: «¿Cómo construir un Huevonauta (contracción de huevo y astronauta) y hacer que aterrice sin romperse?«. Divididos en parejas, los 28 alumnos se apresuran en un intercambio de ideas sobre los ingredientes de la actividad que propone la educadora.

La educación al aire libre, una tradición danesa que nació en la década de 1950, fue iniciada en el país por Ella Flatau, quien creó el primer jardín infantil al aire libre. En un momento en que cada vez más mujeres trabajan y ya no pueden cuidar de sus hijos pequeños, la educación en la naturaleza ha surgido como una solución para aliviar la presión sobre las escuelas saturadas. Desde entonces han surgido más de 700 jardines infantiles en plena naturaleza. «Un fenómeno que se ha extendido al colegio y ha tomado fuerza desde el inicio de la pandemia», observa Cecilie, la educadora, porque «las autoridades sanitarias recomiendan que enseñemos lo más posible afuera para frenar la propagación del virus»«Y los niños están encantados de salir del aula o de la casa donde están confinados», apunta. 

Pero hacer «clase al aire libre sin libros requiere adaptación y cierta creatividad para respetar el programa de aprendizaje», admite. “Creo que los niños aprenden más, desarrollan su imaginación, están más concentrados que en el aula, donde es difícil permanecer así con 28 alumnos”, dice señalando a los pequeños grupos dispersos en el parque. «Están encontrando ideas para construir paracaídas y traer suavemente este Huevonauta de regreso a la tierra».

Sentadas en un banco, Silje Froelund y su compañera Isabelle Jacobsen (10 años) intentan colgar un huevo envuelto con algodón en una mascarilla quirúrgica en forma de paracaídas. “Me encanta la escuela al aire libre. Respiro mejor, estamos más alerta y más receptivos. Mis padres me encuentran más relajada ”, dice Silje. Y su amiga agrega: “No olviden nuestra salida a Sortedams Soe, un lago artificial cerca de la escuela, donde tomamos muestras del agua contaminada para analizarla bajo un microscopio”.

«Creo que la educación en la naturaleza les aporta salud y bienestar, y fortalece su autonomía y confianza«, explica una madre.

El parque de Klampenborg, a 15 km de Copenhague, en Dinamarca.

Pasando de un grupo a otro, la educadora reúne a los alumnos para el final de la clase. De dos en dos, montados en un promontorio, explican la técnica “segura” que utilizan para traer de vuelta a su «Huevonauta» sin romperse y luego lanzarlo sobre un cartón en forma de pista de aterrizaje. Tan pronto como termina la tarea, riéndose al ver los huevos rotos, Cecilie les da diez minutos de recreo antes de comenzar la clase de matemáticas.  

La enseñanza en la naturaleza es una pedagogía popular, considerada como una necesidad primordial desde la temprana edad. Los autobuses llevan a los niños a la naturaleza una o dos veces por semana. Esta mañana, frente a una escuela en Oesterbro, los padres saludan a sus pequeños de camino al bosque de ciervos de Klampenborg, a 15 km de Copenhague. “Ahí aprenden a reconocer árboles, plantas, insectos, pájaros”, dice Martha, madre de Lars y Sarah, gemelos de 5 años. “Están felices de poder subir a los árboles, aprender el alfabeto en un tronco, usar herramientas para construir una pequeña cabaña con las educadoras. Creo que les aporta salud y bienestar y fortalece su autonomía y confianza”, dice.

Según una encuesta de la ONG Friluftsradet (Consejo de actividades al aire libre), 9 de cada 10 niños de 7 a 12 años desean ir a clase en la naturaleza, considerada como un entorno propicio para el aprendizaje. La tendencia es la misma entre sus compañeros de 13 a 15 años. Solo el 4 % de los niños más pequeños y el 6 % de los niños mayores preferirían seguir en el aula.

Para Winni Grosboell, directora de esta ONG, “el aire libre ofrece muy buenas oportunidades de aprendizaje y es un tema central para las relaciones sociales, todo lo que tanto han perdido los alumnos en estos meses de pandemia. Muchas escuelas han tenido buenas experiencias desde la primavera pasada con la educación al aire libre», dice, refiriéndose a las investigaciones que «demuestran que los alumnos mejoran sus resultados al aire libre y pueden recordar mejor lo que aprenden en la naturaleza porque el cuerpo está activo».

Desarrollando materiales educativos para aprender en la naturaleza, Winni Grosboell destaca que “la educación en la naturaleza es una forma de enseñar que fomenta el aprendizaje activo y la formación de sus propias experiencias”“Se pueden enseñar todas las materias al aire libre”, insiste, convencida de que la pandemia ha cambiado el sistema y asegura un futuro brillante para la educación al aire libre danesa, que ha inspirado a varios países de todo el mundo.

Por Slim Allagui

Fuente: Le Figaro

Traducción: Daniela Ivars (Fundación CIFREP)


Donar a la Fundación CIFREP en un clic.
 Somos una organización sin fines de lucro. Con tu aporte, ayudarás a desarrollar la mirada de la Fundación CIFREP en Latinoamérica. Tu apoyo nos permitirá seguir ofreciendo a todas y todos recursos y contenidos de calidad para una infancia cada vez más ligada a la naturaleza. Como Fundación CIFREP, apoyamos y desarrollamos investigaciones con la infancia sobre todos aquellos aspectos que la afectan. Potenciamos su autonomía, sus aprendizajes y su bienestar a través de la Educación en la Naturaleza. Realizamos consultorías y cursos, organizamos conferencias, conversatorios, webinars y talleres basados en los principios de la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño. Gracias por tu apoyo.

Share This