
Del 2 de enero hasta el 28 de febrero de 2020, CIFREP en colaboración con Granjaventura, llevamos a cabo la 1ra Escuela de Verano en la Naturaleza.
Cada día, niños y niñas de 2,5 a 6 años llegaban cada mañana entre las 8:30 y las 9:00 hrs. para dar inicio a la jornada de la primera escuela de verano en la naturaleza organizada por CIFREP en Granjaventura, al interior del Parque Mahuida, en la comuna de La Reina. La escuela se basó en múltiples actividades desarrolladas a partir del interés del niños, combinadas con la propuesta de pedagogos y mucho juego libre en la naturaleza, en un ambiente multicultural (en la escuela hablamos castellano, inglés, alemán y francés).
Las jornadas finalizaban a las 13:30 hrs. e incluía dos colaciones saludables donde primaron fundamentalmente frutas y verduras orgánicas crudas, avena y/o pan amasado por nuestras propias manos.
Sesiones acorde con la pedagogía Escuela Bosque
Cada semana teníamos sesiones programadas: ir al cerro, dar de comer y limpiar el espacio de los conejos, montar a caballo, ir a visitar a las ovejas, las cabras, las gallinas, comer la merienda en la casa del árbol, pintar, etc. Además, seguimos el modelo pedagógico de la Escuela Bosque, intentado siempre preguntarnos, ¿qué es lo que quieren hacer niños y niñas? ¿Cuál es su estado de ánimo ahora? Las sesiones nunca son obligatorias, ya que lo fundamental es que puedan decidir libremente si les interesa participar en las actividades propuestas por las pedagogas. Nuestra responsabilidad es motivarlos, pero no insistir y sobre todo, respetar sus opiniones.
Les preguntábamos entonces, ¿qué les gustaría hacer? y los acompañamos a desarrollar sus ideas. Para CIFREP y la pedagogía Escuela Bosque es fundamental respetar la opinión de niños y niñas y al mismo tiempo observar con atención lo que ocurre en la naturaleza, incluyendo estas situaciones en los procesos educativos.

Un día, por ejemplo, dos niñas llegaron muy felices a nuestra base después de una breve excursión por la granja. Encontraron algunos caracoles en el camino y decidieron traerlos, pensando en construirles una casita. En ese momento, las motivamos a que la construyeran, las ayudamos a pensar en el bienestar del molusco, sus necesidades básicas y les pedimos que los cuidaran, porque toda vida es importante. Ese era el momento del círculo de buenos días. Ellas se quedaron cantando las canciones de lejos, mientras construían la casita de los caracoles y los pedagogos con otros niños y niñas hacían el círculo.
También, a veces, no comentábamos nuestras sesiones. ¿Ir a recolectar semillas? Quizás no suene muy interesante para todos. Sin embargo, sin decirlo, Daniela decidió detenerse en el camino de la granja para ver las flores y apreciar su belleza. En silencio, observando con atención, los niños comenzaron a curiosear. Comenzó a recolectar las semillas de caléndula en un frasco de vidrio que había traído consigo. «¡Podremos sembrarlas en los próximos meses y tener muchas flores!» dijo, haciendo que todos los niños del grupo también quisieran recolectar y sumar algunas nuevas semillas al frasco. Fue un éxito, hablamos sobre las características de las plantas, sus flores, sus semillas, y juntamos tantas semillas que rebalsó el frasco.

Para CIFREP, mantener la curiosidad innata en los niños es parte fundamental del aprendizaje. Al encontrar cáscaras de huevo azules sobre la hierba, investigamos. Nos preguntamos, ¿dónde está el nido? ¿qué tipo de pájaro habrá nacido ahí tan cerca de nosotros?.Lo importante es que niños y niñas sepan que sus ideas son tan valiosas e interesantes como las de los adultos y que si los escuchamos podemos vivir momentos magníficos, llenos de maravilla por la vida y aprender.
Hicimos algunas sesiones, donde vimos el proceso completo de la producción de lana. Desde visitar las ovejas, lavar la lana, escarmenarla, hasta teñirla y confeccionar objetos de arte con ella. Hicimos pan y pizzas, plantamos tomates y cosechamos frutas orgánicas del vergel y de la huerta. Construimos casas de elfos, buscamos bichos bajo las piedras y los matorrales, buscamos sus nombres y características, leímos, escuchamos cuentos y contamos historias.
Juego libre en la naturaleza
El juego libre en la naturaleza [1] tiene múltiples beneficios cognitivos, físico y emocionales, por los que abarcaba un tiempo importante en nuestra escuela. Cada día intentamos jugar lo máximo posible. Niños y niñas necesitan un tiempo para construir su juego, elegir qué quieren jugar, organizarse, ponerse de acuerdo sobre las reglas, crear roles, cambiar de nuevo. Para apropiarse de aquello que están haciendo, del espacio y sentirse realizados [2]. El juego y su capacidad de abstracción gracias a su fantasía, estimula su confianza al cooperar con los otros, al tomar decisiones, y también al salirse del juego, así perciben que tienen control sobre sus vidas.
Uno de los juegos favoritos era jugar con barro al lado del canal El Bollo. Cada día los niños y niñas inventaron una nueva pastelería. Los kuchen se componían de los mejores y más variados ingredientes del mundo, para que mamá y papá los degustaran a su llegada. La imaginación de niños y niñas no tiene límites, lamentablemente muchas veces somos los adultos quienes la frenamos. Una expedición de piratas por medio del canal cuando había agua, un safari por la sabana africana cuando no había agua. Simplemente saltar de un lado a otro y mejorar así el equilibrio, medir la propia capacidad física. Cuando corría agua, había veces en que zambullirse por completo era el premio espontáneo para suavizar el calor del verano santiaguino.
Realizar adaptaciones de niños y niñas de 2,5 años de familias que apenas conocíamos era un reto (los niños venían entre 5-10 días a la Escuela de Verano). Pero en CIFREP entendemos que las adaptaciones son para cada familia, para cada niño y niña, un mundo, y cómo bien dice la palabra nos adaptamos. Por lo general, un familiar se quedaba con el grupo hasta que el niño y/o la niña entrara en confianza. Idealmente hasta que el niño/niña decidiera quedarse porque se sienten en confianza y no por obligación.Hay veces en que ningún familiar puede quedarse y lo comprendemos. Por eso nos adaptamos a cada familia y buscamos la mejor forma de que niños y niñas también se adapten al grupo. Creemos que es importante decirle y hablarle a los niños sobre quiénes son los pedagogos que lo van a cuidar, que ahora papá y mamá necesitan trabajar y que lo vendrá a buscar al finalizar la mañana.
Para nuestra sorpresa, las adaptaciones fueron muy rápidas. Niños y niñas estaban contentas de quedarse jugando y disfrutar del espacio al aire libre en compañía de los pedagogo, de los animales de la granja y del vergel de la huerta. Todas las adaptaciones duraron menos de una semana, a veces un día, o tres, según cada niño, niña y su familia, según sus necesidades.
En CIFREP tenemos un ratio de 7 niños y niñas de edades mezcladas por adulto, lo que facilita el acompañamiento personalizado y el estar muy cerca de los niños. Esto permite mejorar la confianza mutua, la escucha y el respeto. Durante el verano estuvo con nosotros James Crowdy de Inglaterra, quién realizó su última práctica para ser líder pedagógico de Escuela Bosque nivel tres (Forest School leader level 3). Con él practicamos inglés junto con los niños, teñimos lana con elementos naturales, fuimos en la búsqueda de insectos y nos ayudó a mejorar el espacio al interior de Granjaventura.
Los esperamos el año 2021
Estamos muy agradecidos a todas las familias que participaron de nuestra Escuela de Verano en la Naturaleza, por la confianza que depositaron en nosotros y en nuestro proyecto. Estamos muy contentos que nuestra propuesta pedagógica haya sido acogida por parte de los niños y niñas que participaron de manera muy positiva. Observamos cómo su juego y su manera de estar al aire libre en la naturaleza cambiaba día tras día, mejorando su confianza, su estado físico, su ánimo, su escucha y su habla e incluso su apetito. Agradecemos enormemente a todo el equipo en Granjaventura por su confianza y por su caminar a nuestro lado. El barro es el oro de los niños y esperamos amasar muchos más pasteles de barro en la mejor pastelería del mundo: ¡La naturaleza!
[1] Hueso, Katia (2019). Jugar al aire libre: El juego como la mejor herramienta de desarrollo intelectual, físico y emocional. Plataforma Editorial. España.
[2] Csikszentmihalyi, Mihaly (2011). Fluir (Flow): Una psicología de la felicidad. Editorial Debolsillo. España.
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